La vida es gratis, es un regalo y los regalos no hay que rechazarlos

La vida es una oportunidad, benefíciate de ella. La vida es belleza, admírala. La vida es un sueño, hazlo realidad. La vida es un reto, afróntalo. La vida es un juego, juégalo. La vida es preciosa, cuídala. La vida es riqueza, consérvala. La vida es amor, gózalo. La vida es un misterio, descúbrelo. La vida es promesa, cúmplela. La vida es tristeza, supérala. La vida es un himno, cántalo. La vida es una lucha, acéptala. La vida es una aventura, arrástrala. 

La vida no es un camino fácil de recorrer, no tenemos una guía universal que nos ayude a lo largo de nuestras experiencias. Es por ello que a veces nos puede resultar abrumadora y necesitamos parar un momento y reflexionar sobre quienes somos y sobre todo a donde vamos. La vida es pura sorpresa. Esperamos que pueda suceder cualquier cosa, y nunca estamos prevenidos para nada. Aunque podamos pensar en ocasiones que nada en nuestras vidas cambia y que estamos sumidos en una rutina interminable, el cambio está ahí, solo que oculto. 

La realidad es que para que nuestra vida avance, cada día hay cambios, aunque sean sutiles. Todos estos cambios representan un choque, en mayor o menor medida, en nuestras vidas. En ocasiones, ante situaciones importantes en nuestra vida, tendemos a tener tanto miedo al fracaso, que no emprendemos nuestros objetivos. El fracaso no es más que un escalón que debemos superar para llegar arriba, un error del que aprender. Queremos ser personas exitosas, pero debemos entender que esos modelos a seguir también fracasaron muchas veces en su vida y no se rindieron. 

El primer paso para lograr nuestros sueños y objetivos es, sin duda, saber exactamente y de forma especifica qué queremos. La mejor manera de visualizar y saber qué queremos es mediante la reflexión. Puede llevarnos muchas horas averiguarlo, pero ser honestos con nosotros mismos es fundamental. El ser humano siempre ha tendido a darle más importancia a las cosas que realmente no necesita, como por ejemplo los objetos materiales, que a lo que verdaderamente es necesario. Los objetos, por muy caros y maravillosos que sean, no podrán solucionar nuestros problemas ni proporcionarnos verdadera felicidad. Aprende a desapegarte de los objetos materiales y a valorar más los pequeños momentos de la vida. 

Muchas veces en la vida pensamos y hasta decimos que nos queremos morir. Pero la vida es muy valiosa para desperdiciarla. Todos somos muy importantes. Piensa que, aunque para el mundo no seas nadie, para alguien eres el mundo. Muchas veces pensamos que otros son perfectos, pero no hay nadie perfecto, todos somos iguales. Sólo hay gente que tiene cosas que tú no tienes, como tú tienes cosas que ellos no tienen.

Muchas veces te sientes mal por la forma en que actúas y reaccionas, pero lo que ocurre es que algunos lastimamos con más facilidad que otros. Las virtudes de los demás siempre son más visibles para ti, que las tuyas propias. Muchas veces te aferras a algo o a alguien. No está mal, pero trata de no hacerlo indispensable para tu vida, si te acostumbras a usar siempre muletas, nunca andarás bien. 
 
Muchas veces te desprecias, te miras al espejo y te insultas. No lo hagas, acepta tanto tu realidad como el hecho de que sólo Dios puede transformar tu vida. Muchas veces nos desesperamos y desilusionamos, pero si todo lo que esperamos o deseamos se cumpliera, ¿dónde estarían las sorpresas? Muchas veces nos traicionan los que creíamos amigos. Y ahí aparecen los verdaderos amigos que nos consuelan.

Por todos esos motivos no bajes los brazos nunca.
Por todo eso vive la vida al máximo, sonríe, se feliz, disfruta de la vida y confía en ti.
Por todo eso ama la vida, quizás no sea muy larga, pero puede ser intensa y significativa.
Puede que te toque vivir cosas difíciles, pero con Dios, lo mejor, está por venir.
No hagas que tu vida sea un infierno, trata de vivir cada momento como si fuese el último.
Toma con cuidado las decisiones importantes, si te equivocas puedes derribar lo que construiste a lo largo de toda tu vida.
 
Nunca cambies, siempre sé tú mismo. Piensa que siempre hay gente que te va a recibir con los brazos abiertos. Nunca creas que es tarde para volver a empezar. Nunca es tarde para realizar un sueño. No hay nada imposible para Dios.


Comentarios